La que se avecina en 2012: El futuro en la Nube, borreguitos o tormentas

La que se avecina en 2012: El futuro en la Nube, borreguitos o tormentas
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Cloud computing. No es futuro, es pasado. Con este título publiqué un artículo en junio del pasado 2011, sobre el pasado, presente y futuro de el concepto de la Nube que tanto está dando que hablar en los ámbitos empresariales.

Como indiqué en el post, el mercado ha llegado tarde a una forma de trabajar que muchísimos usuarios de a pie llevamos años utilizando. Aunque, sobre todo, en el concepto de Software como Servicio (SaaS), como son Gmail, DropBox, Flirck, Hotmail, etc.

Ahora, las empresas, han caído en la cuenta de las enormes ventajas que produce el que los sistemas, aplicaciones y datos estén mucho más seguros y más accesibles en una infraestructura de tipo Cloud, que en el servidor debajo de la mesa.

Impedimentos


El mayor problema que impide el crecimiento exponencial de las aplicaciones en la Nube es el desconocimiento y los prejuicios de los responsables de las decisiones estratégicas de muchas empresas. La Nube, en esos círculos, es un concepto poco entendido. Que está, en sus mentes, cercano a un gMail o a cualquier servicio SaaS.

No percibiendo beneficios en las aplicaciones basadas en Plataforma como servicio (PaaS), ni los ahorros en costes y mantenimiento de las soluciones IaaS, Infraestructura como servicio.

El otro impedimento es que los planes de coste son un tanto confusos. El concepto de tarifa plana, tan común en telecomunicaciones, aún no ha llegado a la Cloud y realmente es difícil saber cuanto va a costar el servicio, en la mayoría de los casos.

Por último tenemos los prejuicios empresariales. Algunos piensan que los datos de la empresa no pueden estar en un sitio al que ellos no pueden acceder físicamente. Es decir, el servidor de correo, el servidor de ficheros, las aplicaciones empresariales, deben estar en la oficina. Y también las copias de seguridad, y los portátiles. Pero dándole muy poca importancia a los planes de contingencia que eviten el que desaparezca información crucial para la supervivencia de la empresa, con un incendio o una inundación.

También está el que piensa que todo debe ser gratis, menos sus beneficios, y no entienden por qué hay que pagar por un servicio en Cloud. Es más, algunos piensan que, valga la analogía, una carretera del pueblo es lo mismo que una autopista de 10 carriles. Es decir, que Cloud es tener dos máquinas virtuales en el PC “gordo” del “CPD” (un cuartillo sin aire acondicionado); que él (muy listo) se monta su Nube Privada y “tonto el que pague por esto”.

El futuro


Voy a sacar la bola de adivinación, y me voy a atrever a hacer predicciones, espero que no demasiado obvias, sobre el futuro de Cloud en general, y en relación al desarrollo en particular.

El crecimiento de la migración de las aplicaciones y los servicios hacia el concepto Nube, creo que es imparable e irá en aumento. No sé si exponencial o aritmético, pero estoy seguro que la cifra de 80 mil millones de dólares en el 2016 como volumen de negocio alrededor de Cloud, posiblemente se quede pequeña.

Esto será así por varios motivos:

  • El aumento de mercado hará que las tarifas bajen, lo cual hará más asequible a las pequeñas empresas que ahora mismo les saldría más rentable el hosting de un servidor privado. Es más, el primer proveedor que ofrezca una tarifa plana, va a dar un golpe importante a sus competidores.

  • Las empresas harán números y se darán cuenta que el aprovisionamiento de hardware y software, y el coste de personal de IT para construir o mantener aplicaciones es muchísimo menor si la infraestructura es Cloud (a partir de un punto).

  • Los desarrolladores siempre preferirán un entorno Cloud para desplegar las aplicaciones, ya que así puedes obviar la plataforma de hardware. Se acabaron muchos dolores de cabeza y horas sin dormir a causa de un chip de memoria defectuoso o una previsión de usuarios concurrentes mal estimada.

  • Los usuarios finales, sea cual sea su nivel, ya viven una realidad en que casi toda su iteración en internet está basada en Cloud. El trabajar, por ejemplo, con un cliente de correo local es un anacronismo que, en su desaparición, fomenta el crecimiento de la Nube.

Todo esto, y viendo los movimientos de Google, Amazone y Microsot adquiriendo empresas de teléfonos móviles, me lleva a pensar que en algún momento los dueños de los cables (las grandes de la telecomunicación) entraran en guerra con los proveedores de Cloud y que, en un arrebato de presciencia, perderán y el circulo se cerrará con corporaciones que controlen desde el cable hasta la transferencia de datos. Esperemos que sean varias y nos beneficiemos los usuarios de ello.

Por otra parte, el crecimiento del mercado impulsará el crecimiento actual, desmedido y desorganizado, de ofertas de Cloud medianas, pequeñas y atómicas. Muchas, que lucharán para mantener su posición con calidad y servicios de valor añadido, y otras pocas empresas que venderán humo o directamente estafarán.

Pero la casi infranqueable barrera del coste instalaciones físicas que representa el volumen de las grandes, me lleva a pesar que al menos en unos cuantos años, no va a entrar otro gran actor en liza.

El futuro para el desarrollador

¿Pero todo esto en qué nos afectará a los que construimos las aplicaciones? Tengo la sensación que será una transición fluida, sencilla y poco dolorosa; a diferencia que los compañeros de IT, a los que les veo un futuro más bien oscuro.

Las características del desarrollo de aplicaciones Cloud van a implicar el reforzamiento de arquitecturas y técnicas ya conocidas, pero poco utilizadas. Creo que las bases de datos NoSQL han llegado para quedarse, y su uso va a ser cada vez más normal y necesario. Eso no implica que las bases de datos relacionales desaparezcan, pero van a ser utilizadas de forma más restringida a cuando los modelos relacionales sean necesarios.

En relación a la persistencia de datos, el patrón CQRS o similares, van a ganar una gran preminencia sobre cualquier otra forma de tratar con los repositorios. Puede ser que no sea este año, pero tarde o temprano llegarán a su auge y será tan normal el utilizarlo como la arquitectura por capas.

Otra gran revolución del Cloud es que la mejor forma para que las aplicaciones puedan ser consumidas por prácticamente cualquier tipo de dispositivo, es vía Web. Un interface rico, construido sobre html5, javascript y css, tiene el potencial de poder ser utilizado en prácticamente todo artilugio actual que se pueda conectar a internet.

Si bien, está más que demostrado que html es el ejemplo perfecto de que no siempre lo mejor es lo que llega más lejos, está claro que el empuje para su desarrollo va a continuar en este 2012 para ir mucho más allá de para lo que fue descrito en su nacimiento.

Esto debiera significar que el futuro está en los interfaces adaptables y en las WebApp. Aunque ello siga implicando que el enorme potencial de las aplicaciones de escritorio o nativas, siga opacado por un remiendo con muchas menos capacidades, a cambio de una difusión de mucho más alcance.

Microsoft


¿Porqué abro un capítulo específico de Microsoft? Porqué es, de lejos, la compañía de software que más volumen y presencia tiene en la Sociedad de la Información en la que vivimos, y sus decisiones sobre Cloud implican un enorme impacto sobre los que, como quien escribe estas líneas, desarrolla en su inmenso ecosistema.

La sensación es que Balmer y compañía están apostando de una manera definitiva por la implementación en Cloud. Sus principales productos ya tiene su versión en la Nube: Sharepoint, Officce 360, Dynamic CRM, etc; y también servicios sencillos pero potentes como Skydrive y Live Essentials. Es más, hablando de aplicaciones para desarrollo, se publicará este año el Team Foundation Services (un TFS online), y lo más seguro es que cada vez más programas se migren a servicios SaaS.

Por otra parte Azure es una plataforma muy sólida, es la única que no ha sufrido ninguna caída en el 2011, muy orientada a los desarrolladores. Que sigue la política de Microsoft en donde lo más importante es quien hace la “magia”. Los que picamos código. Y por ello cualquier programador de .Net puede desarrollar aplicaciones Azure prácticamente igual que para Web o escritorio.

Y las novedades llegan a porrillo sobre mejoras, añadidos y nuevas capacidades. Como el que está en boxes el ofrecer servicios de IaaS, o sea servidores como hace Amazon. O, para mí muy importante, el ofrecer la plataforma a otras tecnologías como son PHP, Ruby o Java (si, se pueden hacer aplicaciones Java para correr en Azure).

Por último, y para no olvidar, al ser el ecosistema tan enorme nos encontramos en que se ha convertido en la única plataforma en donde un programador puede construir aplicaciones que abarquen tres grandes mundos: El ordenador de casa, el dispositivo móvil (Tablet o Smartphone) y la estación de ocio (una Xbox con una televisión).

Conclusión


Desde el nacimiento para el gran público de Internet, en la década de los 90 del siglo pasado, la humanidad está inmersa en una vorágine de cambios a todos los niveles. Mucho buenos, muchos malos, muchos ni lo uno ni lo otro y muchísimos aún desconocidos en su existencia y en sus consecuencias.

Uno de ellos es el concepto de Cloud. El subir nuestra vida personal a Internet desde nuestros PC, ya fue un primer e importantísimo paso. El migrar desde nuestro dispositivo físico a la Nube, es una realidad consolidada por cientos de millones de usuarios.

El nuevo reto es olvidar nuestros dispositivos físicos más que para interactuar con los servicios profesionales y empresariales basados en Cloud en nuestros trabajos. Es el camino que se ha iniciado de forma firme al inicio de esta década y que, como casi todo en lo relacionado con Internet, no tiene vuelta atrás

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