10 cosas sobre trabajar en remoto que quizá no habías pensado y deberías tener en cuenta

10 cosas sobre trabajar en remoto que quizá no habías pensado y deberías tener en cuenta
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Hace ya casi dos años que pisé por última vez una oficina y empecé a trabajar en Plex desde casa, en un equipo deslocalizado a lo largo y ancho del planeta.

Muchas cosas cambian cuando pasas de levantarte cada mañana para ir a tu puesto de trabajo a sentarte en un escritorio a 10 pasos de tu cama. Y aunque seguramente ya se ha escrito mucho sobre el tema (yo mismo grabé una entrevista con mi compañero Jesús Manzano), hoy quería dar un punto diferente a este tema, y buscar 10 ideas distintas que no se cuentan tan habitualmente sobre el hecho de trabajar en remoto.

1. Un equipo distribuido significa que hay gente trabajando las 24 horas

Workaholic

Y esto implica que la empresa nunca descansa, y de que tú, si te descuidas, tampoco. Siempre hay alguien avanzando trabajo y que puede necesitar tu ayuda en cualquier momento. Y si, como es mi caso, la compañía es americana, implica que la mayor parte de tus compañeros empiezan a trabajar cuando tú vuelves de comer, así que sólo hay media jornada de coincidencia.

Hay con gente que incluso menos. Tenemos reuniones en las que para mí son las 19 de la tarde y para algunas personas las 7 de la mañana.

Esto, unido a que no hay una ruptura clara entre tu puesto de trabajo y tu casa, hace que el número de horas de trabajo se te pueda ir de las manos con mucha facilidad. Por eso, marcarte un horario se vuelve imprescindible.

2. No te mueves nada en todo el día

Salud

Pero cuando digo nada, es NADA. Si no haces un esfuerzo real por moverte, salir a pasear, hacer un poco de ejercicio, tu salud corre peligro.

El día que empecé a usar una Mi Fit descubrí una dura realidad... Podía haber días en los que no alcanzaba ni los 1.000 pasos. Teniendo en cuenta que lo recomendado suele ser unos 10.000 pasos diarios, te puedes imaginar lo perjudicial que puede ser eso para tu cuerpo.

Si trabajas en casa, necesitas algún dispositivo que mida tu actividad. Lo que no se puede medir, no se puede controlar. Es increíblemente difícil llegar a los 10.000 pasos si trabajas en casa, porque todos los trayectos que inconscientemente haces en tu día a día (ir al trabajo, salir a comer, incluso ir al baño...) se pierden.

Por eso, mi propósito es salir a pasear todos los días después de comer con el fin de alcanzar al menos los 6.000 pasos diarios. Muy lejos de un objetivo saludable, pero es algo que pretendo ir mejorando con el tiempo. Y me estoy planteando seriamente adquirir un standing.desk.

3. Puedes aprovechar mucho mejor tu tiempo

Productivo

Si te organizas bien, podrás estirar tus días mucho más que yendo a una oficina, sobre todo si tu trayecto hasta el trabajo es largo.

Yo dedico todas las mañanas un rato (hora y media, dos horas) a mis proyectos personales, como pueden ser mi blog, el libro, o escribir en Genbeta Dev. Cosas que, por supuesto, podría hacer si trabajara por cuenta ajena (ya las hacía antes), pero avanzaría de forma mucho más lenta.

Para mí, ahora mismo, trabajar en remoto es indispensable para poder sacar adelante todos mis proyectos, y sería muy difícil plantearme el trabajo en una oficina.

Además, permite gestionar mucho mejor tu vida personal. Normalmente todos los trabajos en remoto permiten una flexibilidad de horarios absoluta.Y aunque es recomendable seguir un horario para no volverse loco, el tener la posibilidad de reorganizar tu día en función de tus necesidades es una maravilla.

4. Obliga a tener procesos de trabajo muy simplificados

Simple

A mí este punto me gusta especialmente. Cuando tu forma de comunicación principal es la escrita y necesitas comunicarte con gente literalmente mientras duermes, la única solución es simplificar al máximo.

Nada de metodologías complejas con cientos de reuniones, de roles, de tareas burocráticas... Las reuniones se reducen al mínimo posible y los procesos necesitan ser sencillos y fáciles de seguir por todo el mundo de forma autónoma.

Aquí cada empresa buscará su mecanismo en función de sus necesidades. A nosotros, al trabajar en un producto propio, nos es suficiente con una serie de objetivos trimestrales con responsables por plataforma, que son los encargados de dividir la tarea en partes manejables y asignarlas a las milestones quincenales.

5. Te puedes volver un ermitaño

Programador

Cuanto menos sales de casa, menos te apetece salir. Los atascos, el metro, las aglomeraciones... todo es evitable, y es muy tentador evitarlo. Esto no es bueno por muchas razones: necesitas relacionarte con otras personas y cambiar de entorno para desconectar. Cuando te pasas todo el día metido en casa sin hablar con nadie, incluso se nota en la capacidad de comunicarte.

La parte buena de esto es que tienes una excusa perfecta para hacer planes en diario cualquier día. También es muy interesante tener la posibilidad de ir a algún sitio a trabajar de vez en cuando, ya sea un coworking, una cafetería, o cualquier espacio donde te puedas relacionar con otras personas. Nosotros tenemos alquilados algunos puestos en las oficinas de Karumi, y vamos allí a trabajar de vez en cuando.

6. Es más difícil aprender de tus compañeros

Aprender

No lo vamos a negar. Para mí este es uno de los mayores inconvenientes (si no el que más) de trabajar desde casa. No puedes sentar a tu compañero al lado para que te explique cómo solucionaría esto, o cómo programó aquello.

Por supuesto que las tecnologías hoy en día permiten muchas cosas, pero al final el trato cercano se pierde. No surgen con tanta facilidad las conversaciones técnicas sobre cómo solucionar un problema, o por qué una aproximación es mejor que otra.

En este caso las revisiones de código se vuelven incluso más necesarias, no sólo para comprobar la validez de la solución, sino para aprender unos de otros.

7. Se te valora por rendimiento y no por tiempo trabajado

Horas Trabajo

Siempre se ha criticado mucho el sinsentido de las jornadas de 8 horas, y más en una profesión no mecánica como la nuestra, en la que la situación mental juega un papel esencial para poder desempeñar nuestro trabajo.

En un trabajo deslocalizado con horarios flexibles, si un día eres productivo trabajando 4 horas y al siguiente necesitas 12, o si un día no te encuentras inspirado y al siguiente rindes el doble, no hay ningún problema. Si haces bien tu trabajo, no importa cuándo.

Esto, en mi opinión, ayuda a ser más productivo.

8. Facilita la conciliación de la vida laboral y familiar

Familia

Una vez más, es una ventaja inherente al hecho de tener horarios flexibles. Puedes llevar a tus hijos a la guardería, recogerlos para la hora de comer, pasar tiempo con ellos... y trabajar en los ratos en los que no están o están entretenidos en otras cosas.

Si un día se ponen enfermos, puedes estar pendiente de ellos.

Hay padres y madres que sólo ven a sus hijos mientras cenan antes de llevarlos a dormir. Pasarnos el día entero metidos en una oficina es algo que podemos tolerar cuando no tenemos hijos, pero se vuelve una fuente de infelicidad y frustración para los que son padres.

9. Puedes trabajar desde cualquier lugar del mundo

Viajar

Literalmente. Si una semana te apetece irte a visitar a un amigo en la otra punta del mundo, lo puedes hacer sin problemas. Tus únicas limitaciones son tu portátil y una conexión a Internet.

Tengo compañeros que van cambiando de ubicación periódicamente y no hay nada que se lo impida, ni eso reduce su productividad. Las limitaciones que genera el tener que ir todos los días a un mismo sitio pueden ser complicadas, como la necesidad de alquilar o comprar un piso cerca de tu zona de trabajo.

Sin embargo, al poder trabajar desde cualquier lugar, puedes llegar a reducir muchísimo tus gastos si lo necesitas, pudiendo moverte a ciudades (o incluso países) donde el precio de la vida sea mucho menor.

10. Te acerca más a la felicidad

Felicidad

Obviamente este es un punto muy personal, pero el poder ajustar tu vida personal y profesional de tal forma que puedas disfrutar de ambas cada día me parece clave para poder sentirte realizado en todas las facetas de tu vida.


Conclusión

Como todo en la vida, trabajar desde casa tiene sus pros y sus contras, pero yo no lo cambiaría por volver a trabajar en una oficina. Me da la libertad para organizar mi vida personal, profesional y mis proyectos personales de una forma que no podría hacer si tuviera que ir cada día a un puesto de trabajo y hacer un número fijo de horas.

¿Y tú qué opinas? ¿Crees que podrías trabajar desde casa o prefieres una oficina? Y si ya lo haces, ¿qué otras ventajas o inconvenientes destacarías?

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